Sabemos que en la vida, nada es para siempre, que las personas tal y como vienen, se van, y sin embargo, todavía no lo podemos asumir del todo. Tampoco tenemos el valor suficiente para decir alguna palabra que pueda hacer recapacitar, para decir, " quédate un poco más " , hasta que me sacies del todo. Claro que a veces es mejor aceptar las derrotas y continuar con tus cicatrices, diciendo adiós desde el caparazón, desde el más verdadero orgullo, echando mano a lo más comodo y dejando atrás el sentimentalismo. No juzgo, simplemente opino, quizás para hacerme un poco más consciente de que si a veces pudiésemos dejar toda esa tozudez a un lado y hacerle saber a las personas lo necesarias que son para nosotros, puede que todo fuera distinto y las despedidas se alargaran hasta el punto de dejar de serlo..