Sentir ganas de atarte eso a los pies y disfrutar el aire que pega en la cara es una sensación que muy poca gente puede compartir y sentir de la misma forma, es tener la posibilidad de tocar las estrellas con los pies en el suelo. Es imposible evitar esas ansias de atarte esos patines y salir a deslizar sea donde sea y sentir la felicidad al cerrar los ojos por unos segundos, o volar saltando una, dos, o tres vueltas en el aire, tomar fuerza y centrar un trompo cualquiera sea. Son cosas de las cuales se vive, se siente, es escencial para estar bien, es inutil esa frustracion de entrenar todas las horas posibles por día y despues caerte en eso que nunca te caes al hacer esos dos minutos del programa en el torneo, pero vale la pena seguir entrenando y sufriendo, privándote de mucho, pero ganando mucho a la vez, vale la pena matarse en las practicas para llegar lejos, y aunque te vaya mal una vez, dos veces, quince veces con esfuerzo algún dia llegara. Sea sana o impura la competencia, sea complicada o fácil, estando en la pista el corazón late a mil por hora y es esa la sensación que vale, con esfuerzo todo es posible, soñando todo es posible y patinando la vida se vive de una manera inexplicable. Eso es patinar... es sentir el viento en la cara y sonreír, es caer ese salto que no salia o girar media vuelta mas en los trompos cada semana, eso es sentir patinar, saber que todo se puede con solo ponerte sobre esas ruedas y salir a la pista.